El banco BBVA ofrece a los propietarios de participaciones preferentes de Unnim canjear estos títulos por dinero en efectivo con la condición de “reinvertir de forma irrevocable, incondicional y simultánea” estos fondos en acciones de la entidad que preside Francisco González que ahora tiene en autocartera. El precio de compra de los valores de Unnim será del 95% de su valor nominal, según ha informado el BBVA en una nota remitida a la CNMV.
La propuesta de canje se dirige a los inversores que en su día compraron las preferentes de algunas de las cajas de ahorros cuya fusión dio lugar a Unnim. En total, la oferta afecta a participaciones por valor de 489,6 millones de euros, con lo que, en caso de que el 100% de sus propietarios acceda a participar en ella, la operación supondrá para el BBVA un desembolso inicial de 465 millones que luego irá a parar a su propio capital.
Por su parte, el precio de venta de las acciones de BBVA será la media aritmética al cierre de los 5 días hábiles bursátiles anteriores a la fecha de finalización del periodo de aceptación (esta última inclusive), que es el 18 de octubre de 2012. Actualmente, las acciones del banco se mueven sobre los 6,19 euros.
Con esta medida, los propietarios de las participaciones de Unnim, que llevan sin cobrar intereses por ellas desde la nacionalización de la entidad, podrán traspasar su dinero, aunque sea asumiendo unas pérdidas mínimas del 5% frente a su inversión inicial, a un mercado líquido, ya que actualmente las preferentes no tienen compradores.
Los titulares de preferentes deberán aceptar el canje por la totalidad de valores de una misma emisión de los que sea titular. En el caso de que un inversor sea titular de participaciones correspondientes a varias emisiones, la condición de aceptación por la totalidad se aplicará a cada emisión individualmente considerada.
Unnim, fruto de la unión de Caixa Sabadell, Terrasa y Manlleu, fue nacionalizada por el Gobierno en octubre de 2011. Tras un proceso de subasta, el Gobierno la adjudicó al BBVA, que pagó un euro y asumió riesgos por morosidad por hasta 1.200 millones. En la operación se acordó, además, que el Fondo de Garantía de Depósitos (formado con las aportaciones de bancos y cajas) asumiera el pago de 953 millones al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
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